lunes, 5 de septiembre de 2022

Daños producidos por la fauna salvaje


                    Resulta difícil de explicar el disgusto y enfado que  experimento cada mañana, cuando llego al huerto y encuentro gran parte de la cosecha destrozada por la fauna salvaje,  especialmente corzos y jabalíes.

                    Sería una excepción encontrar un vecino que, teniendo el huerto a las afueras del pueblo, no haya recibido la visita de estos animales y  haya sufrido en mayor o menor medida las nefastas consecuencias  de su presencia y que junto con otros bichos cada vez más numerosos como pueden ser; topos, ratones de campo, pajros, insectos…,  podría decirse que en lugar de cultivar para el autoconsumo familiar, trabajo para alimentar a estos animales.

                    Los corzos se comen los brotes más verdes y sabrosos de los prados,  los jabalíes arrasan con todo, y ambos destrozan los huertos, los prados, los manantiales y cualquier sitio donde haya pastos y humedales, tiran las paredes de las fincas, rompen los vallados, etc., etc.

                    En mi caso, creo que los jabalíes entran en el huerto para comerse las manzanas caídas, y las que pueden coger del árbol poniéndose a dos patas. Para evitar que corzos y jabalíes entren en la finca, he seguido los consejos de algún vecino y he copiado sus procedimientos, además de poner en práctica algunos consejos extraídos de los tutoriales de YouTube. La mejor alternativa y al parecer la más eficaz, seria vallar toda la parcela con malla metálica tupida, pero resulta demasiado cara. Otra opción es  atar algunos sacos de rafia a los árboles y palos, rociándolos con productos de limpieza para que huelan a humano, el resultado ha sido negativo. También he puesto focos solares con detector de presencia, el resultado ha sido negativo. Siguiendo los consejos de YouTube, en un recipiente colgado de los arboles he puesto un dispositivo con zotal desinfectante mezclado al 5%,  y también siguiendo los consejos de YouTube, he rociado la tierra en tono a los frutales y por las zonas donde supuestamente acceden los animales  con orina humana. Este último proceso hay que hacerlos con una frecuencia de dos o tres días, parece que estas dos últimas soluciones están resultando efectivas, de momento va para una semana que no he notado su presencia. Finalmente y a iniciativa propia estoy experimentado un último recurso, que consiste en colocar bolsas antipolillas y ácaros en los árboles y otros sitios estratégicos del huerto. 

 https://youtu.be/ksZ_-LGj-E0



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