Próximamente
y por primera vez, celebraremos la fiesta de la matanza. Por tratarse de algo
novedoso, desconocemos el resultado de esta experiencia, pero es de esperar que
todo salga bien y que sea un éxito para poderlo repetir y mejorar en los próximos
años.
Dentro
del programa que la Asociación Cultural el Rollo ha organizado, el día 8 de
diciembre nos ofrecerán para comer, entre otras cosas, unas sopas de cachuela. La
receta y elaboración de estas sopas es bien sencilla, a pesar de lo cual hay
distintas forma de hacerla dependiendo de quién sea el cocinero. Sucede lo
mismo que con la propia matanza, que no en todas las casas tenia el mismo
gusto, pues dependiendo de quién se encargase de elaborarla, de la calidad del
cerdo, de la alimentación en el cebado, de la curación, etc., el chorizo y
otras exquisiteces del cerdo en unas casas estaba mejor que en otras.
Volviendo
a las sopas de cachuela, ya se me olvidado cuando fue la última vez que las
comí. Si recuerdo que el ingrediente principal es el hígado de cerdo, que se
asaba en las ascuas y posteriormente se machaba en el mortero, sin llegar a
triturar en su totalidad, a mí me gustaba encontrarme con algún tropezón en la
sopa.
Elaboración:
Asar el hígado y machacarlo en el mortero. En la grasa de freír los torreznos, freír
la cebolla y añadir pimentón matancero evitando que se queme para que no amargue.
Añadir agua y el hígado machacado. Se puede añadir alguna especie y otros
componentes para hacerla más agradable el paladar y también sangre para espesar
el caldo mientras cuece. Se vierte sobre
una fuente donde previamente hemos colocado el pan.